Aléjese de las calles turísticas
A veces, buscar sólo los mejores restaurantes puede llevar a una experiencia frustrante, dijo Steves, porque si es el mejor, es famoso, y eso significa que tanto los lugareños como los turistas compiten por esas reservaciones.
En cambio, dijo, esté dispuesto a probar un restaurante que quizás sea menos conocido, pero no menos bueno.
“Cada noche, elijo un lugar para cenar y quiero ser libre de ir a donde me lleve el espíritu, donde esté el estado de ánimo, donde la casualidad sea buena”, dijo Steves.
(Si aún desea hacer esa reserva tan importante en un lugar que no puede perderse, adelante, solo asegúrese de hacerlo con anticipación).
Al elegir un restaurante, dijo Steves, examine la calle real donde desea cenar. ¿Es la calle de alquileres altos del vecindario, donde los propietarios probablemente estén pagando mucho dinero por estar en una calle transitada y moderna en el corazón de una zona popular?
Como alternativa, dijo, ¿por qué no caminar hasta una calle cercana donde el restaurante podría estar pagando un poco menos de alquiler y el área no está invadida por otros turistas? Muchos de los restaurantes en las calles más grandes y populares no son de propiedad local, lo que no atrae a los lugareños a comer allí, dijo Steves.
“Encontraré un lugar en la calle de alquiler bajo a unas cuadras de distancia, prosperando con clientes locales felices”, dijo. “Si encuentras ese lugar y te sientes bien porque está lleno de lugareños comiendo, será una gran cena”.
Elija un menú que le hable, en el idioma local
Otro signo revelador de un restaurante dirigido a turistas, dijo Steves, es un gran cartel en el frente que dice: “Hablamos inglés” o “No se permiten alimentos congelados”. Estos lugares tienden a tener un menú preimpreso, ofrecido en varios idiomas, que permanece igual durante todo el año.
“Todo está mal en esto y vas a comer con otros turistas”, dijo Steves.
En su lugar, dijo, busque lugares con un menú más pequeño, escrito a mano o impreso con una fecha, lo que implica que el chef cocina basándose en lo que es fresco y de temporada. Si está en el idioma local, aún mejor, dijo Steves, porque eso significa que atienden a locales, no a turistas.
“Un comensal inteligente puede ir a un buen restaurante, mirar el menú y saber qué mes es y dónde está”, dijo Steves.
Por ejemplo, Steves dijo que hay muchas personas que viajan a París e insisten en comer sopa de cebolla francesa, sin importar la época del año. La sopa de cebolla es una especialidad francesa en invierno, pero muchos restaurantes aceptarán con gusto su dinero y servirán sopa para climas fríos en verano, en lugar de obtener ingredientes frescos.
Comer según la temporada es una excelente manera de explorar y aprender sobre la cultura de la región, dijo Steves. Cuando un restaurante cocina según las estaciones y con una filosofía de kilómetro cero de servir productos locales, “es algo hermoso”, dijo.
Esa es parte de la razón por la que Steves escribió su libro más reciente, “ Italia para los amantes de la comida ”, como una manera de mostrar la comida como una vía de entrada para los estadounidenses a la cultura europea (en este caso, italiana). El libro es una guía práctica para viajeros que desean aprender más sobre la historia y la cultura de la cocina italiana, y conocer algunos de los restaurantes favoritos de Steves y consejos para comer en el extranjero.
El libro, escrito con el coautor Fred Plotkin, muestra especialidades enogastronómicas de las 20 regiones del país. También hay un glosario de comida italiana, detalles sobre la cultura del vino y el café de Italia, cómo (y qué) pedir y una inmersión profunda en las tradiciones gastronómicas y de bebida italianas .
“Viajamos para celebrar una cultura, para comprender a la gente y la historia de esa nación”, dijo Steves. “Si sabes un poco sobre qué pedir y cuáles son sus tradiciones… es divertido poder compartirlo con otros viajeros”.
Los lugareños importan más que el lugar
Encontrar un establecimiento operado y de propiedad familiar, dijo Steves, es una forma gratificante de disfrutar de una excelente comida y al mismo tiempo apoyar a las empresas locales. Dijo que el carácter y el encanto que se encuentran en estos lugares, donde los padres o abuelos han transmitido el negocio a sus hijos, es difícil de replicar y lo convierte en una experiencia de viaje memorable.
“Cuando vas a un lugar pequeño, regentado por una familia y dirigido por personas que han encontrado su nicho, realmente lo disfrutan”, dijo Steves. “Y sientes que conocen a su personal, conocen a sus clientes: es una relación de persona a persona”.
Es por eso que las guías y tours por Europa de Rick Steves se centran en este tipo de restaurantes. Al aprender sobre la cultura local a través de la comida, los viajeros también pueden sentirse inspirados a reducir la velocidad y disfrutar más de la experiencia que los rodea mientras comen.
“No soy un crítico gourmet de la comida, pero reconozco un gran recuerdo cuando lo veo”, dijo Steves.
Steves dijo que en lugar de visitar un lugar que invierte su dinero y energía en publicidad y llegar a la cima de las listas de “lo mejor”, lo que más le gusta de los restaurantes locales es el ambiente. Quiere encontrar restaurantes donde el dinero regrese a la comunidad y la energía prospere gracias a la gente del restaurante.
“Lo que distingue a un buen viaje no es ‘¿Qué tan bueno estuvo tu helado?’ Pero la gente con la que lo estabas lamiendo”, dijo Steves. “Son esas conexiones las que carbonizan toda la experiencia”.